Wednesday, May 23, 2018

El Caudillo Populista

Al ferviente seguidor de una caudillo poco le importan las incongruencias de su líder ni su falta de resultados. 

El chavismo es un movimiento nacido del hartazgo de un pueblo con su clase política. 

La bonanza económica venezolana producto del petróleo no favoreció a los más pobres a mejorar su nivel de vida. Hugo Chávez aprovechó este desencanto popular para llegar al poder. 


Pronto se vio que el ex golpista sólo era un populista más. Sus medidas de regalar aquí y allá le ganaron la lealtad de los que poco tienen. 

Los empresarios fueron satanizados y despojados de sus medios de producción. Después de ello, la producción comenzó a ralentizarse hasta casi desaparecer y al dadivoso mandatario le empezaron a escasear cosas que regalar. 

Lejos de reconocer el fiasco de sus políticas culpó al imperio de sus errores. 

A la muerte de Chávez, Nicolás Maduro, un fanatizado seguidor del finado, se convirtió en presidente casi por accidente. Sus notorias limitaciones intelectuales se hacen evidentes de inmediato. 


Toda su idea del paraíso socialista en que soñaron convertir a Venezuela está en su imaginación. El problema es que mientras ellos sueñan mucha gente muere y el país se sume en la miseria.

Tuesday, August 22, 2017

Creyendo Tonterías

Basado en "Why People Believe Weird Things" por Michael Shermer

“El sentido común, no es tan común.”
Voltaire

“Es entretenido escuchar que otras personas tienen creencias extrañas porque estamos seguros que nosotros no podríamos ser tan tontos.” 
Robert Sternberg, psicólogo

Porqué hay gente inteligente creyendo tonterías? Pues porque rara vez analizamos las cosas eligiendo la explicación más lógica y racional, independientemente de nuestras creencias previas. Muy por el contrario, tenemos una tendencia a aceptar lo que confirma nuestras creencias previas y a rechazar lo que las contradiga. Además de ello, somos hábiles defendiendo lo que aceptamos sin bases.


En una encuesta de la National Science Foundation (Abril, 2002) a adultos estadounidenses se obtuvo los siguientes resultados:

  • 30% cree que los OVNIS son vehículos espaciales de otras civilizaciones
  • 60% cree en las percepciones extrasensoriales
  • 40% cree que la astrología es científica
  • 32% cree en los números de la suerte
  • 70% cree que la magnetoterapia es científica
  • 88% cree en la medicina alternativa

Aún cuando la educación no protege contra las creencias absurdas, en una encuesta a graduados de la escuela secundaria se obtuvo:

  • Una disminución de los que creen en la percepción extrasensorial de 65% a 60%
  • Una disminución de los que creen en la magnetoterapia de 71% a 55%
  • Un incremento de los que creen en la medicina alternativa de 89% a 92%.

Otra estadística arrojó que el 70% de los estadounidenses no entiende el método científico.

Se requiere más y mejor educación como lo indica el hecho de que 53% de los norteamericanos con alto nivel de educación en ciencias entiende el proceso científico, comparado con el 38% de nivel intermedio y el 17% de nivel bajo.

Los autores W. Richard Walker, Steven J. Hoekstra y Rodney J. Vogel concluyeron que no existe correlación entre el conocimiento científico (hechos del mundo) y las creencias paranormales:

Los estudiantes que tuvieron buenos resultados en los tests de conocimiento científico no fueron más ni menos escépticos acerca de afirmaciones pseudocientíficas que los estudiantes que tuvieron pobres resultados. Los estudiantes no fueron capaces de aplicar su conocimiento científico para evaluar afirmaciones pseudocientíficas. A los estudiantes se les enseña a pensar pero no a cómo hacerlo.

Se debe educar a la gente en el método científico y en lo que es la ciencia la cual Michael Shermer define:

“No es una base de datos de hechos inconexos sino un conjunto de métodos diseñados para describir e interpretar fenómenos, pasados y presentes con el objetivo de construir un cuerpo de conocimientos verificables abiertos a confirmación o rechazo.”

Sunday, August 20, 2017

El Annunaki y El Mormón

Mientras esperaba mi turmo en una tienda departamental, tuve ocasión de escuchar a dos empleados hablando de los Anunnaki. Aquellos seres, afirmaba uno de los empleados, vinieron del planeta Nibiru y fueron aquel dios creador del Génesis bíblico.


El autor de esta hipótesis fue el autor de origen ruso Zecharia Sitchin, quien en 1976 la propuso con la publicación de su libro El Doceavo Planeta.

Si bien Sitchin tenía un grado en economía por la Universidad de Londres, no contaba sin embargo con formación académica en lenguas antiguas. Su conocimiento de la escritura cuneiforme sumeria era autodidacta.


En su tiempo, Sitchin pudo hacer sus propias traducciones e interpretaciones del lenguaje cuneiforme debido a que sólo especialistas eran capaces de leerlo. Es en años recientes que dicho lenguaje se puso al alcance de no expertos con trabajos como el Léxico Sumerio de John Alan Halloran, publicado en el 2006.

Los errores del trabajo de Sitchin son de tres tipos:
  1.  De traducciones e interpretaciones de textos antiguos
  2. De observaciones astronómicas y científicas
  3. De literalismo del mito
Algunos de estos errores refutan las bases de su hipótesis:
  • El texto cuneiforme no menciona que Nibiru sea un planeta más allá de Plutón.
  • En el texto no existe conexión alguna entre Nibiru y los Anunnaki.
  • Tampoco se menciona en el texto que Nibiru gire en torno al Sol cada 3,600 años.
Actualmente as ideas de Sitchin son rechazadas por científicos y académicos por ser consideradas pseudociencia y pseudohistoria.

De forma similar el profeta mormón Joseph Smith tradujo en 1835 un papiro egipcio atribuyéndolo al profeta Abraham. En aquella época tampoco se contaba con la difusión de la escritura egipcia para corroborar lo dicho por Smith. Hacía pocos años, en 1820, que Champollion había logrado descifrarla gracias al estudio de la piedra Rosetta.


La investigación del trabajo de Smith concluyó que el papiro en cuestión era un texto funerario egipcio denominado El Libro de Los Suspiros, basado en El Libro Egipcio de Los Muertos, cuya antigüedad es de unos siglos antes de Cristo y no de 4,000 años antes de Cristo como afirmó el fundador mormón.


Hoy los avances científicos nos permiten leer y entender ambas escrituras, la jeroglífica egipcia y la cuneiforme sumeria, sin necesidad de intermediarios. Hoy podemos darnos cuenta de que tanto Smith como Sitchin no eran sino un par de charlatanes.

Desafortunadamente las investigaciones científicas no han tenido las repercusiones que debieran. Lejos de minar la credibilidad de su fundador, el mormonismo goza al parecer de buena salud y aún mucha gente sigue creyéndose la fantasía Anunnaki. Al parecer, una dulce mentira es preferible a una amarga verdad.